viernes, 6 de abril de 2007

Las playas de Panthemont

Es un gusto saludaros. Escribo desde mi torre, encerrado con mi imaginación y en compañía de esta computadora robada que adquirí en el "Barrio Bravo" de Panthemont.
Mis narraciones intentarán reflejar lo acontecido en esta tierra fértil para el vicio y la diversión. Ustedes ya conocen que esta abadía es una escuela para el santo placer. Sus tierras son espacio emotivo y generador de las más increíbles historias.
Os invito a integrar sus más oscuros y luminosos comentarios contra peleles, caballeritos, cardenales y demás fauna que insiste en mantener a este reino atrapado en la ignorancia.
Aquí la culpa no tiene espacio. Nadie será juzgado. Las palabras fluirán libres, críticas y ácidas.
Describiremos, entre todos, nuestro andar por callejuelas y tabernas. Presentaremos las pasiones humanas y defenderemos puntos de vista.
Pero no hay más tiempo para presentaciones. El gobernante de Panthemont, Marcel I ha decidido que lo pálido de sus habitantes debe desaparecer con baños de sol.
Con toda su "benevolencia" mandó traer arena de aldeas aledañas para la creación de playas; abrió torres y calabozos para que sus subditos podamos bañarnos con sal mineral y corporal en cuatro zonas de la aldea más grande del mundo.
Ahora, mi trabajo consistirá en que Marcel I abra también sus oídos y conciencia, para que además de los rayos solares permita a sus súbditos el consumo de bebidas embriagantes. De lo contrario tendré que llamar a la torre a Mariagna I, para que atada como le gusta, la llene con mi sabiduría y que por su boca salgan las palabras que nublen la mente de Marcel y todos podamos decir salud entre arena, sol y cloro.
Por cierto, el abad Norbert ha dicho que se deben denunciar a los curas pederastas. Lo leí y es cierto; lo que nunca explica es dónde lo podemos acusar a él, tan gustoso de la frase "Dejad que los niños se acerquen a mí".
Yo les digo, amigos, amigas: nunca se alejen de mí.

060407

1 comentario:

xosean dijo...

Urigator de Sade. No podía menos uqe esperar un lenguaje armónico y con esa solemnidad tan uriana. Te doy la bienvenida la mundo de los blogers y espero que nunca caigas en que este espacio sea de blogera.