viernes, 6 de abril de 2007

Por las calles de Panthemont

Menos tela por favor


La inseguridad no está dejando nada. La feminidad no escapa al miedo y no sale a las calles. Las banquetas, los espacios públicos, los lugares de trabajo se han puesto pantalones para sentirse seguros, cómodos.
Haga la prueba, y verá que pueden pasar días sin que vea a alguna mujer dejándose ver con un vestido. Encontrar rosas en el mar será más sencillo que hallar faldas arriba de la rodilla.
Cuando a Coco Chanel se le ocurrió en los años 30 ponerle más tela a las piernas femeninas, nunca imaginó que el resultado final sería la popularización de esta prenda entre todos los estratos sociales.
Comodidad, protección, moda, costumbre: son algunas de las respuestas más comunes de varias mujeres que trataron de explicar la victoria de los pantalones sobre los vestidos y las faldas.
"Es muy complicado andar por las calles con falda, sientes que todos los hombres te voltean a ver y te molestan. Con pantalón pasas inadvertida y puedes moverte con mayor facilidad", comenta una mujer que camina aprisa sobre Avenida Juárez, pero que, con ganas de ser sinceros, llena de manera justa un pantalón que atrae miradas tan oscuras como el color de la tela.
Una dependiente del departamento de damas de conocido almacén platicó que por cada vestido o falda que se vende, cinco pantalones son comprados por mujeres.
"La mayoría de ellas, sin importar edades, prefieren los pantalones. Es más, cuando son las grandes rebajas las faldas tienen un descuento mayor que el resto de las prendas", dice con seguridad Daniela, quien viste un elegante pantalón gris, del mismo color al que usan las policías que dirigen el tránsito en Avenida Paseo de la Reforma.
La vanidad también pesa. El no tener unas bonitas piernas que lucir, el color blanco de la piel o el poco tiempo para depilarse juega a favor de los pantalones.
En el trabajo hay mujeres que deciden dejar faldas y vestidos en el clóset para marcar una distancia con compañeros y jefes.
"Cuando uso pantalón siento que los hombres se fijan más en mi trabajo que en mi persona, además de que los jefes me miran con más seriedad. Siento que puedo competir y ganarle al resto de mis compañeros", revela su secreto una licenciada que labora en un prestigiado despacho de abogados.
Fabiola Luna, coordinadora de moda explica que esta costumbre comienza con las niñas, que desde antes de que aprendan a hablar, ya son vestidas por sus madres con pantalón.
"Cada vez se ve más normal. Se ha perdido o vestido la coquetería. La feminidad reaparece cuando se está con la pareja o cuando la mujer acude a un evento social, cuando se siente cómoda y segura", afirma la experta en moda y que ha vestido a actrices como Salma Hayek y Penélope Cruz en la cinta Bandidas.
Y aunque todas admiten sentirse más femeninas cuando muestran las piernas, al final; el entorno, la comodidad y la moda acaban por imponerse.
En las costas cambia la historia. En el mar la vida es más sabrosa y el calor invita a retirar la tela de los cuerpos. Acapulco, Puerto Escondido, Playa del Carmen, o las artificiales playas de la Ciudad de México serán los espacios en donde ellas anden libres de temores para poder exponer la feminidad a flor de piel.
O bien si usted no saldrá de la ciudad y es de los que aspira a ver, al menos por una vez, una imagen similar a la de Marilyn Monroe con el vestido blanco sobre un túnel de ventilación, mejor rente la película La Comezón del Séptimo año. Una estampa que parece cada vez más lejana, algo seguro, pero incómodo.

2 comentarios:

xosean dijo...

Veo que el tono de esto va a ser de reflexión y crítica. Para gente tan dispersa y poco seria como yo caerá muy bien.
Sobre el tema de las faldas, en general me encantan esos calores que no avisan y que azotan la ciudad de vez en cuando. Aparecen las blusitas, falditas, playeritas y ombligueritas.
Salud

In phidelio dijo...

Uri, el asunto de los blogs es una cosa elegantísima. Espero aproveches el espacio que te dan estas cosas y que nos ilustres con tu sabiduría.

Saludos in phidélicos.